Salud
La Autoridad Portuaria ha estado analizando periódicamente la calidad del agua del puerto durante dos décadas. Las llamadas "aguas abrigadas" del recinto presentan diferentes variaciones en el nivel de contaminación, dependiendo de si pertenecen al Port Vell, en el norte, o al Moll Prat, en el sur.
Se han encontrado pesticidas, fluoreno, tolueno, mercurio y níquel, entre otras sustancias. Cuanto más cerca de la desembocadura del Llobregat, mayor es el índice de contaminación. Entre las características de las aguas del puerto podemos mencionar las siguientes:
Tienen una temperatura más elevada.
Poseen un nivel de salinidad más bajo, lo que afecta a su densidad.
Son más turbias a causa de los vertidos.
Estas aguas, al recibir escorrentías de la lluvia y del mar, son más propensas a dividirse en dos capas. En la superior, la sedimentación mencionada anteriormente puede observarse fácilmente. En la inferior, la corriente realiza una renovación continua. El esfuerzo de la dirección del puerto por conocer en todo momento el contenido exacto de las aguas es enorme y ha arrojado resultados más que alentadores.
Seguridad
A la sostenibilidad debemos añadir el enorme valor comercial del Puerto de Barcelona. Sus terminales de mercancías han obtenido los certificados APM Terminals Barcelona y BEST, que garantizan que cada contenedor será manipulado y almacenado correctamente para evitar cualquier tipo de daño.
Además, cada contenedor será entregado con su precinto original. El compromiso se extiende a toda la mercancía que pasa por el PIF (Punto de Inspección Fronteriza) y que ha sido inspeccionada por un agente de aduanas o la autoridad competente. Dicho compromiso obliga a la dirección del Puerto de Barcelona a abonar las indemnizaciones estipuladas de acuerdo con los certificados antes mencionados.
COVID-19
EL PUERTO DE CRUCEROS DE BARCELONA SE PREPARA PARA LA REANUDACIÓN DE LAS OPERACIONES
- El personal de la Terminal de Cruceros y todas las empresas implicadas en las operaciones han sido formados y están listos para retomar la actividad en las terminales.
- Nuestras terminales han sido equipadas y se han implementado todas las medidas necesarias para garantizar operaciones seguras en el puerto.
- Las terminales han puesto en marcha un procedimiento completo con medidas que deben aplicarse durante las operaciones en el puerto para prevenir posibles contagios de COVID-19.
El BCP fue uno de los primeros puertos en obtener el sello "Safe Travels", como infraestructura segura frente a la COVID-19, otorgado por el World Travel & Tourism Council, la principal asociación mundial del sector.
Asimismo, ha obtenido el sello de calidad "Turismo Responsable", otorgado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de España, que reconoce la aplicación de las directrices y recomendaciones aprobadas por el Ministerio de Sanidad.
Medioambiente
El puerto ha dejado de ser un espacio de uso exclusivo para los profesionales del transporte de mercancía o de viajeros. Ahora también forma parte de la ciudad, por lo que es imprescindible aplicar medidas más severas en lo que respecta al cuidado del medioambiente.
El imparable aumento del tráfico de viajeros ha llevado a las navieras a tener que adaptarse lo antes posible al anexo VI del convenio Marpol que regula la emisión de gases contaminantes y de residuos de cada crucero.
Esta adaptación implica también un mayor trabajo por parte de los gestores de la Autoridad Portuaria, que son los encargados de convertir este espacio urbano en uno más accesible para los viajeros. El servicio portuario es ahora más rápido gracias a la tecnología, pero también los cambios en la fisonomía del puerto han sido tan importantes como necesarios.
La renovación del calado, para aceptar a buques de mayor tamaño, la construcción de nuevas terminales de pasajeros y el concepto smart port, que facilita todas las gestiones, han sido aspectos claves para lograr que el puerto de la Ciudad Condal sea tan moderno como sostenible.
La globalización exige, por lo tanto, que el puerto deje de ser una especie de anexo al centro histórico para convertirse en un motor comercial que, por supuesto, ha de respetar el medioambiente para facilitar su integración en el urbanismo de Barcelona. No en vano, tras la profunda renovación que sufrió la ciudad antes de los Juegos Olímpicos de 1992, el puerto ha logrado convertirse en uno de los motores económicos más importantes de la economía local.